Unos compañeros me han hecho llegar el texto del siguiente manifiesto. No soy, pues, responsable del texto, pero lo suscribo y ruego, como ellos, su máxima difusión, pues explica la postura de la gran mayoría de los profesionales de la educación ante las actuaciones del gobierno, que no consulta ni propone ni debate ni discute; solo ejecuta unas ideas cuyos objetivos no son coyunturales.
MANIFIESTO
El
personal docente, como el resto de los funcionarios públicos del país,
ha sufrido una importante merma de ingresos durante estos años de crisis
económica. A la rebaja de sueldo sufrida en 2010 y la congelación de
dicho sueldo durante los años 2011 y 2012, se ha sumado la subida del
IRPF a comienzos de este año 2012. En estos días, el Ministerio de
Educación, Cultura y Deporte, anuncia nuevos recortes presupuestarios en
el Sistema Educativo, que vienen a dar una vuelta de tuerca más sobre
las condiciones de trabajo de los docentes y la pérdida de calidad del
sistema. Por todo ello, los abajo firmantes, han acordado:
1.
Manifestar su sentir general de profundo desacuerdo con las políticas de
recortes presupuestarios en el Sistema Educativo. Tanto los recortes de
salarios como las medidas de aumento del horario lectivo y de las
ratios suponen un grave retroceso en los niveles de calidad alcanzados
por el sistema. Tememos, asimismo, que unas medidas de ahorro que se
presentan como coyunturales terminen formado parte de la estructura del
sistema, haciéndolas difícilmente reversibles.
2. Expresamos
nuestro desacuerdo con el incremento del horario lectivo de los
profesores. Dos horas lectivas más semanales supondrán que, por cada
diez docentes, se reducirá en uno la plantilla de funcionamiento de los
centros. Ello conllevará la necesidad de que los profesores/as tengan
que impartir materias de dudosa afinidad con su especialidad, provocando
una pérdida de calidad de enseñanza. Además, la pérdida de personal
docente en los centros, dificultará seriamente -cuando no impedirá- el
establecimiento de medidas de atención a la diversidad como desdobles de
grupos, oferta de refuerzos pedagógicos y optatividad.
3.
Señalamos también que tanto el citado aumento de horas lectivas como la
prohibición de cubrir bajas de hasta diez días provocará una disminución
inmediata de las plantillas de los centros. Esta disminución de
personal afectará, principalmente, al colectivo de profesores interinos,
que perderán su actual estabilidad laboral o incluso, en muchos casos,
su empleo.
4. Estamos seguros de que la decisión del aumento
de las ratios hasta 36 alumnos en Educación Secundaria Obligatoria
supondrá, en la práctica, la imposibilidad de arbitrar medidas de
atención a la diversidad, además de problemas de espacio físico en las
aulas.
5. Nuestra oposición a estas medidas nace del legítimo
derecho del colectivo de trabajadores y trabajadoras de la educación
publica de defender sus condiciones laborales, empeoradas
sustancialmente por causa de todas las medidas citadas. No obstante,
queremos dejar claro que no solo nos mueve la defensa de nuestros
derechos, sino la convicción de que los recortes que hoy se practican
afectarán gravemente a la calidad del Sistema Educativo. En definitiva,
serán nuestros alumnos y alumnas los que pagarán, con una merma de sus
expectativas de desarrollo personal y profesional futuro, las
consecuencias de estas políticas.
6. Un país que no invierte
en la educación de sus niños y jóvenes es un país que hipoteca
gravemente su futuro. Llamamos la atención de la sociedad sobre este
hecho, instando a nuestros conciudadanos a no caer en la trampa
demagógica de cargar las culpas del mal estado de las finanzas públicas a
los funcionarios y a los docentes en particular. Los profesores no
hemos causado, en modo alguno, la crisis, y ésta no se resolverá
cargando sobre nuestras espaldas medidas como las aplicadas hasta ahora.
Antes al contrario, el dudoso ahorro conseguido a corto plazo supondrá
un empobrecimiento futuro de nuestra sociedad.
7. En lo
tocante a bachillerato, el hecho de que los centros solo tengan que
ofertar obligatoriamente una modalidad en lugar de dos como sucedía
hasta ahora, supone igualmente una merma del derecho a la educación, al
poder verse obligados a molestos cambios de centro a aquellos alumnos
cuyos centros no ofrezcan al menos una alternativa entre bachilleratos
científicos o humanísticos, todo ello con el único objetivo de la
reducción de unidades y plantillas
8. Por todo ello, instamos a
este equipo docente a que suscriba el presente escrito para hacerlo
llegar a todos los niveles de la Administración Educativa y se difunda
en la Comunidad Educativa y en la sociedad en general.
En Berja, a 23 de abril de 2012.
PD: Es evidente que no basta con manifestar el desacuerdo, sino que es necesario plantear toda clase de movilizaciones que intenten forzar al gobierno a retractarse, tanto desde las organizaciones sindicales, los claustros, las asociaciones de las familias y los alumnos. El esfuerzo vale siempre la pena.
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